19 febrero, 2010

Así con la vida



No sé porqué cada vez que nos gusta alguien, tratamos de ser en cierta medida - y dentro de lo posible - lo que pensamos, creemos o sabemos, que a la otra persona le gusta o busca.
Estoy generalizando porque lo he comentado con mucha gente y todos, sin excepción, lo han hecho en un principio: cuando recién estás conociendo al otro.

En mi caso particular, me he reído de chistes de los cuales normalmente no me reiría, he opinado y hablado con cara de interés de temas que no me interesan en lo absoluto, he escuchado la misma historia más de 3 veces sin decir: "eso ya me lo contaste" (cosa que siempre hago), he hecho grandes esfuerzos por socializar con gente a pesar de mi... no sé si timidez sea la palabra, pero poco interés por conocer gente nueva... y así la lista suma y sigue.

No sé hasta qué punto esto esté bien, sé que es normal y que todos lo hacen en cierta medida... pero a veces cansa.
Es por estas cosas también que al final, cuando las parejas se consolidan como tales, comienzan los problemas y las peleas... y las cosas que antes fingías te interesaban ahora molestan.
"Uno ve caras, no corazones" dicen por ahí... y es verdad; todo sería mucho más fácil si vieramos la esencia de las personas tal cual, podríamos escoger a alguien con más información y real, tal vez así las probabilidades de fracasos se reduciría... o tal vez no... pero en ese caso sería problema de cada uno por no saber lo que busca ni lo que quiere.

Y bueno, todo esto viene porque me gusta alguien. Me gusta de esa forma estúpida que parece más algun tipo de enfermedad donde en vez de dolor se siente algo de placer... esa forma que ya se me había olvidado que existía porque no lo sentía desde probablemente la última vez que me gustó realmente alguien (no quiero especificar pero bastaaaaaaaaaaante tiempo atrás).

Me gustó desde el momento que lo ví... me gustó más después de conversar con él.
Por la situación extraña en la que lo conocí, la cantidad de intermediarios entre él y yo, la ciudad en la que vivía, la ciudad en la que estudia (2 ciudades distintas de la mía), me pareció bastante imposible la posibilidad de volver a verlo,a menos que los astros se alinearan y se repetían las circunstancias de ese día.
De alguna forma - un poco de mi parte, bastante más de la suya... un poco de facebook, harto de msn... y gran parte de destino, creo - volvimos a juntarnos varios meses después. Específicamente 3 veces más, la última hace menos de una semana donde bajo los efectos de unos cuantos whisky-cola, nos dimos un par -en realidad varios más - de besos.
Si bien todo en el momento conversamos mucho, nos disfrazamos con los accesorios de su sobrina, escuchamos música de un cassette, nos reímos y cantamos camilo sexto con una botella de vino de micrófono... lo "complicado" viene después, porque a mí lo que viene después me complica.
Me complica cuando me arrepiento, pero sobretodo cuando no.

Y aquí es donde nace toda la verguenza, timidez, idiotez, estupidez, además de los rollos varios que van pasando por mi cabeza y que aumentan proporcionalmente a los días de silencio.
Es entonces cuando recurro a mis amistades y a sus consejos que, sin ofender, me cagan más la cabeza.
"Háblale tú, obvio que eso es lo que está esperando", "Mándale un mensaje al celular", "Invítalo a salir", "Juégatela, la vida es una sola y hay que aprovechar de hacer todo porque después llegará un momento en el que no vas a poder y te vas a arrepentir"... éstas y muchas cosas más me han dicho, y si bien estoy totalmente de acuerdo con la última, prefiero esperar a que me contacten a tener que hacerlo yo.
Es que así soy, no soporto el rechazo y es mucho más fácil y digno darte cuenta de que no hay interés porque no te volvieron a hablar a soportar que te rechacen 10 invitaciones a salir... no sé a mi el orgullo no me dá para tanto... tengo amigas a las que sí y las encuentro súper valientes.
Las veces que "me la he jugado" es con gente que generó en mí un interés de leve a mediano, por lo que me da lo mismo si me dice que no... como que el rechazo no me llega, no lo siento.
Por lo mismo creo que han sido personas que no han valido la pena... porque tampoco me interesaban mucho.

Tal vez de tanto escuchar lo mismo de todo el mundo, le hablé por msn y fue una conversación tan... "políticamente correcta", por decirlo de alguna forma, que me arrepentí, obvio.
Me arrepentí por estar esforzándome (porque puta que me costó!) y sólo conseguí una conversación muy educada y formal como la que yo tendría con un profesor de la U o algo por el estilo; pero más que eso por no ser como soy y por escuchar a los demás en vez de hacer lo que yo consideraba mejor.

En fin, entre todo este asunto me puse a pensar que ya no me interesa lo que me digan, no pienso volver a hacer lo que "se supone" que "tengo" que hacer, no me interesa que a él le guste el factor sorpresa y supongo que tampoco me interesa si no me vuelve a hablar... porque ya ha pasado bastante tiempo en el que no he encontrado a nadie que me llene.
Si le intereso y está esperando que yo haga el trabajo, está claro que no es la persona que ando buscando (si es que se puede decir que ando buscando a alguien).
Esperar un poco más a estas alturas da lo mismo.